Nose que me pasa, bueno no exactamente. El otro día un amigo me preguntó que que tal estaba, y no supe que contestar le dije que sinceramente no sabía como me encontraba; entonces me presunto que que me pasaba y le conteste esto:
<< Estoy muy cansada de todo, sinceramente no encuentro sentido a nada, tengo que aparentar que estoy bien cuando me hundo poco a poco desconociendo las causas. Me agobia la tristeza y las ganas de llorar me ganan la partida. Me siento tan pequeña en este gran mundo, me siento desprotegida y débil, una intensa sensación de soledad se apodera de mí y noto como si algo que desconozco directamente me estuviese preocupando... es como si la vida me fuese cerrando las puertas y me diese la espalda.
Es difícil ver como cada paso que doy y cada cosa que hago, no lleva a ningún sitio, no da resultado, no da frutos...como si cada vez que algo va medianamente bien y voy avanzando por el camino, aparece algo, alguien o pasa algo que me hace parar en seco, retroceder o caer. Siento como si el tiempo se me fuese de las manos y me atrapa la impotencia de no poder hacer nada por miedo, desconfianza, inseguridad, falta de valor o porque no sé que hacer.
Tengo ganas de gritar, huir y llorar. Gritar como si me dejara la vida en ello, huir hacia algún lugar en el que sintiera la paz y pudiera sentir que todo me va a ir bien, correr hacia alguien que me abrace y me deje llorar en su hombro o en su pecho como si fuese una niña pequeña que ha perdido a su muñeca favorita de la que nunca se separaba y a la cual confiaba sus secretos y sentía que nunca la abandonaría.
Hay momentos que cuando estoy a sola pienso en quitarme del medio, como dice la canción de Shé y Gema de “A Solas”, pero hay algo que me ata la vida, algo que me obliga a ser fuerte y que me hace tenerme en pie.